viernes, 4 de abril de 2008

Primera Carta

Donde me perteneces es en el recuerdo, al igual que yo en ti cuando cierras los ojos. Poco importa. Desde nuestra separación exijo respeto, de que me veles por un corto tiempo, donde duermas un poco para que estés equilibrada. Puede que mis palabras tengan una vida agitada al igual que yo, que me alimento de tus inquietudes. Francamente no sé explicar bien mi estado de desorden. De amor. De encontrarte, fugitiva.

Digo esto por la tristeza que me acompaño por el largo tiempo. Y ahora que tenga que petrificarla, para envolverla con fardos funerarios. Se me hace difícil. Mi soledad es triste, y es de frío. Tengo el alma helada desde mi regreso de ti. No puedo hacer otra cosa que leer vorazmente, para sacarte en seguida de mi mente. Pero seria incorrecto inventar otras formas de ti. Buscar a una mujer que me busca. Acostarme y entregarle tu rostro. Yo no soy así, lo sabes.Los libros no tienen tu cuerpo, y la filosofia, jamas tendrá tus ojos.

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