Es innumerable el frío que se repite en altas horas de la tarde,
el dolor que se disgrega como niebla entre la gente,
cuando he cerrado las manos y mis respuestas han perdido valor
en el desorden de las voces.
Como cada invierno que trae un aroma a pérdida,
prefiero fingir la soledad como un espacio lleno
de proyectos y promesas.
Como cada rostro caído desde el techo
Cae tu imagen lentamente de mis ojos.
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