No es posible que hayas muerto
y que tu rostro, el que amaba,
se levante, y caminando por las calles
vaya sin conocerme.
Es extraña la vida entonces y toda
la ciudad un comienzo de la nada.
Sin sentido, que vuelva a aprender
el abecedario del vacío. Acostumbrarme
a un cuerpo sin memoria
a los pasos y a mis huellas digitales
Todo es nuevo pero los sueños me recuerdan
el corazón que tuve y que creció contigo,
los sentimientos que perdì.